UV fue sede de versión 2024 de Simposio de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política
Programa del encuentro consideró mesa en homenaje al profesor Osvaldo Fernández.
“El desarrollo de las políticas antidemocráticas en Iberoamérica” fue el tema del XVIII Simposio de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política, del que la Universidad de Valparaíso fue sede. La conferencia inaugural, que tuvo lugar en el Aula Magna, fue impartida por el reconocido académico español José Luis Villacañas, de la Universidad Complutense de Madrid.
El encuentro, cuya organización estuvo a cargo del Instituto de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Educación de la UV, consideró diversas mesas y ponencias, en los temas relacionados a orígenes, manifestaciones y consecuencias de las políticas antidemocráticas en esta parte del mundo.
Sede por tercera vez
Según señala Marcelo Arancibia, director del Instituto de Filosofía, “esta es la tercera vez que somos sede del simposio de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política; en las dos anteriores jugó un rol muy importante un profesor nuestro que ya no está con nosotros, el profesor José Jara. Para nosotros es muy importante retomar esta alianza con la Asociación, y también por la relevancia que tiene en los tiempos que estamos viviendo”.
El simposio se desarrolló del 16 al 18 de octubre, sobre lo que comenta Arancibia que “llevamos un año y medio trabajando, con el apoyo de la Rectoría, del equipo de Vinculación del Instituto de Filosofía, del decanato. La temática es ad hoc a la contingencia, así que estamos felices como Instituto de Filosofía y como Universidad de Valparaíso”.
Asimismo, destaca que “la organización propuso —y estuvimos felices por ello— hacerle un homenaje al experto en filosofía política de nuestro Instituto y de la Universidad, profesor Osvaldo Fernández. Por sus problemas de salud, se había considerado que recibieran este homenaje dos de sus discípulos, Jaime Villanueva y Claudio Berríos, y su hijo. Le rendimos el homenaje que corresponde a quien ha hecho filosofía política en Latinoamérica y ha jugado un rol muy importante a nivel iberoamericano”.
Sobre esta mesa, Claudio Berríos señala que “buscó homenajear y reconocer la trayectoria político intelectual de este autor, tanto desde el punto de vista de su filosofía, sus lecturas, sus escritos, como también de su labor como docente y gestor intelectual y cultural de diversas generaciones a lo largo de estas últimas décadas”. En la ocasión, Jaime Villanueva expuso las distintas lecturas de Osvaldo Fernández en clave latinoamericana, y Claudio Berríos analizó la trayectoria intelectual del profesor Fernández a través de sus libros y la lectura que a través de ellos hizo de Carl Marx, Antonio Gramsci y José Carlos Mariátegui.
La frustración
Sobre su conferencia, titulada “El presente de América Latina como reflejo de la frustración del diagnóstico de José Medina”, el doctor José Luis Villacañas explica: “Para sentir frustración, antes ha tenido que haber pronóstico, o diagnóstico, o expectativa. Mi ponencia tuvo que ver con un diagnóstico y un pronóstico, con una expectativa que se configura aquí en Chile por parte de un exiliado español, José Medina Echavarría, que formó parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) durante mucho tiempo, y que deja una especie de testamento intelectual, en el año 1976, acerca del papel de América Latina en la distensión mundial que se avecina”.
El pronóstico que organizó Medina, prosigue Villacañas, fue “muy específico acerca de la posibilidad de tres escenarios: un escenario de distensión cooperativa, un escenario de distensión competitiva y un escenario de distensión conflictiva. Y él dice que la oportunidad para América Latina se abre porque sea como sea va a haber un tiempo de distensión cooperativa, y ahí América Latina tenía la oportunidad de identificar cuáles iban a ser sus intereses, sus aspiraciones y sus proyectos. Para eso tenía que solventar muchos problemas, obviamente, pero tenía que aprovechar esa oportunidad, porque el tiempo de la distensión cooperativa iba a ser breve, iba a venir inmediatamente la distensión competitiva y luego iba a revolver el conflicto, y cuando llegara el conflicto, la distensión conflictiva, ya no habría posibilidades”.
Entonces, añade, “él da toda una serie de elementos, de medidas, acerca de qué tiene que hacer América Latina para aprovechar ese momento. Y nada de eso se ha cumplido. De ahí la frustración, porque había un plan, porque había un programa, porque había un proyecto, porque había una opción. Sin embargo, esa opción no se ha cumplido. Y cuál era el punto fundamental: que en la distensión cooperativa, determinados países latinoamericanos iban a abandonar el estado de periferia para ir al estado de semiperiferia, y entonces tenían que darse cuenta de que la mejor manera de estabilizar, de fortalecerse, sería hacer que todas sus regiones internas abandonaran la pobreza y la dimensión de periferia para igualarse a esa dimensión. Esto es, que tenían que volcarse no tanto dependiendo de aquellos que les iban a facilitar el comercio y demás, sino aprovechar esa ventaja para homogeneizar, igualar sus propias regiones, y hacer un buen mercado interno. Y esto no se hizo, y no se hizo por una cosa fundamental, dice él: porque se pusieron en tensión los ideales desarrollistas haciendo una pinza con los ideales populistas. Desarrollismo y populismo, dijo, son las dos caras de la misma moneda. Y si eso funciona, las oportunidades se habrán perdido”.
En ese panorama, dice el doctor Villacañas, “creo que América Latina ciertamente ha caído en esa dualidad y ha perdido esa oportunidad. Pero creo, sin embargo, que al final Medina es optimista, en el sentido de que esa opción siempre está abierta, siempre está posible. Que se trata de que efectivamente los países más relevantes de América Latina estén en condiciones de generar lo que él llamaba federaciones funcionales. No se trata de federaciones imposibles, de federaciones que rompan los países. Federaciones funcionales: tenemos un problema, federemos alrededor de ese problema para resolverlo. Creo que siempre está abierto para los estados nacionales, y creo que ese horizonte de esperanza todavía es posible”.
Crítica de las realidades
Por su parte, el presidente de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Política, Alejandro Sahuí (UACAM, México), se refiere a la relevancia de seguir analizando estos temas: “A menudo la filosofía ha sido considerada como alejada de las realidades.
Y la filosofía política en particular es un área de la filosofía que se mira con desconfianza, tanto desde quienes deberían ser nuestros aliados, los juristas, como los científicos políticos. Los filósofos políticos como que no encajamos en ninguno de estos lugares, pero nuestra misión, más que explicar o de escribir los procesos que estamos atravesando, es tratar de hallar significado, sentido, orientación normativa a estos procesos, tratar de hacer crítica de las realidades”.
En el marco de la actualidad, apunta, “ante el desencanto que estamos atravesando, ante la desafección política, creo que es más urgente que nunca la reflexión política, pero además con cierta dosis de optimismo, de utopía y de esperanza, que es una palabra que ahora está de vuelta. Lo comentaba con unos colegas, que me parece estupenda la estrategia de campaña de Kamala Harris, de tratar de meter la alegría y de quitar la idea de que vivimos en circunstancias de crisis, que es el discurso también en Europa, pero que usan los partidos de oposición y los partidos en el poder. Me parece que el tema que eligieron (para este simposio) es estupendo, porque nos permite tomar una posición al respecto como filósofos”.
A su vez, Fernando Longás (Universidad de Valladolid, España) se refiere a valor del pensamiento filosófico: “Antes de irme a vivir a España —hace ya muchos años de eso— en Chile llevamos adelante un movimiento de defensa de la filosofía, cuando no eran gobiernos de derecha, sino la Concertación, los que haciendo una reforma educacional intentaron eliminar la asignatura del currículum de enseñanza media. El argumento dominante que tenía el Ministerio entonces era que la Filosofía era una asignatura que no necesitaba un espacio propio porque transitaba transversalmente, en una cierta invisibilidad, por todas las asignaturas, porque todos pensamos. Con eso, se vacía de energía a la filosofía, se la hace impotente, porque estar en estos territorios significa básicamente usar el pensamiento como forma ideológica para defender posiciones. Y la filosofía no se trata de eso: la filosofía es precisamente la preeminencia de la libertad sobre la verdad”.
Detalla el académico que “si se trata de adherirse a posiciones, defender verdades y trincheras, la filosofía nunca ha estado para eso. La filosofía está para deconstruir, para desarmar verdades hechas, las cuales nos empujan a vivir, y lo hacemos muy consciente. Entonces claro, cuando defendíamos la filosofía, defendíamos la prioridad de la libertad sobre la verdad; la unión entre pensamiento y libertad es lo propio de la filosofía. Y este simposio ha mantenido el nombre tradicional de ‘filosofía política’ porque es lo que nos interesa. La Asociación Iberoamericana de Filosofía es un grupo que se ha mantenido durante muchos años —estamos en el decimoctavo simposio, no hay ninguna asociación que pueda decir que ha celebrado dieciocho simposios bienales—, y se mantiene por eso, porque es un grupo amplio, diverso en sus formas de pensar y de acceder. La buena voluntad y conectarnos en pensar filosóficamente, es lo que ha permitido esta permanencia”.
Sobre este punto, Alejandro Sahuí acota que “las afinidades electivas en este caso son de actitud. No compartimos siempre las mismas ideas, pero compartimos las mismas actitudes en relación con cuál es el motivo y el fin de la filosofía, y eso ha enriquecido muchísimo el trabajo del grupo. (…) Y la polarización, que es una condición de las situaciones actuales de las políticas antidemocráticas, es todo menos la posibilidad de conversación pública”.
A lo anterior, sentencia Longás: “La política se trata precisamente de vivir en conjunto gente que no piensa lo mismo”.